martes, 16 de agosto de 2011

JEAN BODIN


(Jean Bodin) Pensador francés (Angers, 1530 - Laon, 1596). Jurista de formación, Bodin ocupó diversos cargos (abogado en el Parlamento de París desde 1560, procurador del Tercer Estado en los Estados Generales de 1576…) en la época en que Francia se desangraba por las guerras civiles entre católicos y protestantes (hugonotes). Buscando el modo de superar este clima permanente de violencia -que además debilitaba a Francia en su relación con otras potencias-, Bodino abrazó un tercer partido, llamado de los «políticos», que proponía la tolerancia religiosa y el reforzamiento de la autoridad del Estado como árbitro que garantizara la paz entre las comunidades enfrentadas. En consecuencia, y aunque había apoyado anteriormente a la Liga católica, acabó reconociendo como rey al hugonote navarro Enrique IV, cuya conversión al catolicismo puso fin al conflicto mediante una solución de compromiso (1593).

Entretanto, Bodino había plasmado las ideas que sustentaban su postura en un libro fundamental para la historia del pensamiento político occidental: Los seis libros de la República (1576), publicado sólo cuatro años después de la gran matanza de hugonotes de la Noche de San Bartolomé. En ellos acuñó el concepto de soberanía como el poder único, perpetuo, absoluto e indivisible que impone el orden en un Estado impidiendo la guerra entre sus súbditos; bajo ningún concepto consideraba legítima la insurrección contra el soberano, pues estimaba que siempre era preferible la tiranía a la anarquía.

En un terreno más concreto, sus propuestas conducían a un reforzamiento del poder monárquico, razón por la que se le puede considerar un precursor teórico del absolutismo de Luis XIV. No obstante, el tipo de Estado que Bodino propugnaba incluía varios límites frente a la arbitrariedad del soberano, como la obligación de respetar las leyes divinas y naturales, o la prohibición de imponer nuevos tributos sin consentimiento de los representantes de los contribuyentes. Aunque estas precisiones hagan el sentido general de su obra un tanto ambiguo, no cabe duda de que el pensamiento de Bodino fue un paso fundamental en la definición del moderno Estado nacional.

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FRANCISCO DE VITORIA


Ingresó en la orden de los dominicos en 1504, que ejerció gran influencia en su época y en años posteriores. Recibió desde niño una buena formación humanística. La dignidad y los problemas morales de la condición humana fue el eje en torno al que se desarrolló su obra. Fue especialmente influyente por sus aportaciones jurídicas, aunque también tuvieron gran repercusión sus estudios sobre teología y sobre aspectos morales de la economía. No escribió personalmente todas sus obras, sino que nos han llegado recogidas por sus alumnos o por secretarios a partir de sus lecciones y relecciones (repeticiones que resumían al final del curso las lecciones del año). Sus enseñanzas y métodos pedagógicos dieron su fruto en forma de numerosos teólogos, juristas y universitarios a los que bien enseñó directamente o bien se vieron influidos por sus teorías (Melchor Cano, Domingo Báñez, Domingo de Soto, Francisco Suárez, etc), formando la llamada Escuela de Salamanca. Fue enviado a París, donde estudió artes y teología. Regresó a España en 1523 como profesor de teología en el colegio de San Gregorio de Valladolid, hasta que en 1526 obtuvo la cátedra de teología de Salamanca. Introdujo la Summa Theologiae de Tomás de Aquino como el libro de texto básico en teología. Puesto que en aquel entonces Salamanca era una de las universidades más prestigiosas de España y Europa, el tomismo fue pronto adoptado por otras.

Analizó las fuentes y los límites de los poderes civil y eclesiástico. Rechazó ideas medievales: las jerarquías feudales, la supremacía universal del emperador o del papa. Así, el poder civil está sujeto a la autoridad espiritual del papado, pero no a su poder temporal. Se preocupó por los derechos de los indios. Su obra De indis recoge las relecciones en las que expresa su postura ante el conocimiento de diversos excesos cometidos en las tierras conquistadas en América. En ella afirma que los indios no son seres inferiores, sino que poseen los mismos derechos que cualquier ser humano y son dueños de sus tierras y bienes. Este es el inicio del Derecho de Gentes. Muy respetado por su valía intelectual (fue consultado por Carlos I) sus ideas y las de Las Casas fueron escuchadas en las Cortes y en 1542 se promulgaron las Leyes Nuevas de Indias, que ponían a los indios bajo la protección directa de la Corona. Después de su muerte, el propio las Casas y varios de sus discípulos (Cano, Soto, Carranza) protagonizaron la Junta de Valladolid (1550) donde se utilizaron contra Juan Ginés de Sepúlveda los argumentos de Vitoria sobre cuáles eran justos títulos para la conquista de América y cuales injustos, en la llamada polémica de los naturales. Es uno de los principales teóricos del concepto de guerra justa. En De iure belli analiza los límites del uso de la fuerza para dirimir las disputas entre pueblos. Es lícito hacer la guerra, pero la única causa justa para comenzarla es responder proporcionadamente a una injuria. Por tanto no es lícita la guerra simplemente por diferencias de religión o para aumentar el territorio. Estableció, en De potestate civili, las bases teóricas del derecho internacional moderno, del cual es considerado el fundador junto con Hugo Grocio. Fue uno de los primeros en proponer la idea de una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural, y no basar las relaciones internacionales simplemente en el uso de la fuerza. Mientras que Nicolás Maquiavelo consideraba al Estado como un conjunto moralmente autónomo (y que, por tanto, no podía ser juzgado según normas externas), en Vitoria nos encontramos con que su actuación en el mundo tiene límites morales. Vitoria es calificado con razón como precursor de la idea de las Naciones Unidas. Por último, fue el fundador de una escuela de importantes teólogos, principalmente dominicos, que tuvieron una importancia decisiva en el Concilio de Trento.

Con éstos sienta en primer lugar negar los derechos concedidos a los Reyes Católicos. Hay que partir del derecho natural, del derecho de todos los hombres. El mundo debía regirse por un derecho natural, y la guerra se regia por una ley del “ius gentium”. Los indios formaban Estados organizados y como tal solo se les podía declarar la guerra solo en caso de que se negara a otros pueblos derechos concedidos por el orden natural, tales son impedir el comercio, la predica del evangelio y las relaciones pacificas entre los pueblos Desarrolla ocho Justos Títulos para justificar la presencia de los españoles en América. Son títulos legítimos de conquista. Los españoles tienen el derecho de propagar la religión cristiana en América. La protección de los naturales convertidos al cristianismo cuando sean perseguidos por otros pueblos paganos. Si los indios ya son cristianos, el Papa puede darles como señor cristiano a los Reyes Católicos. Cuando hay delitos contranatura, los españoles están obligados a intervenir. Los indios libremente toman como rey al rey de España. En las guerras indias, si los españoles actúan como aliados de unos u otros, también participan de los beneficios. No podía ser afirmado con certeza, pero sí traerse a discusión. La consideración de los indios con su atraso, amentes, rústicos, discapacitados... deben ser protegidos. Estos Justos Títulos fueron recogidos en las leyes de conquista en el reinado de Felipe II para la conquista y reinado de nuevos territorios.

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TOMAS MORO


Tomas Moro, hijo de una familia "honorable, sin ser ilustre", nació en Londres en 1478, en una época de tránsito entre la Edad Media y el Renacimiento. Su padre, Sir Juan Moro, trabajó en el Alto Tribunal Judicial, oficio que heredaría su hijo, después de ser entregado como pupilo al Cardenal y Arzobispo Juan Morton, Canciller de Enrique VII Tudor y de continuarsus estudios en Oxford, entre 1492 y 1494, donde adquirió una vasta cultura humanista, centrada en las lenguas y literatura grecolatinas (Traducirá a Luciano), la retórica y la lógica. Allí conocerá a Juan Colet, Guillermo Linacre, Tomas Latimer, Cuthberto Tunstall y Juan Colt que, junto a Erasmo de Roterdam, al que conoce en 1499, formarán su círculo de amistades humanistas.


Cuando en 1494 regresa a Londres, Moro se dedica a estudiar leyes, primero en New Inn y luego en la Lincoln’s Inn, facultad donde su padre se había graduado. Cuatro años reside en la Cartuja de Londres, pero abandona la vida monacal para contraer matrimonio con Juana Colt en 1505, con la cual tendrá cuatro hijos. A partir de este momento comienza su brillante y ascendente carrera. En 1504 es elegido diputado y se especializa en derecho marítimo y comercial, trabajando para las Livery Companies y The Merchant Adventures. En torno a 1510, después de la muerte de su primera esposa (1509) y de contraer segundas nupcias con Alicia Middleton, Moro es nombrado Under-Sheriff de Londres (cargo judicial y administrativo), y Juez de Paz de Hampshire.


La utopía de Moro, no es revolucionaria; antes bien, legitima y justifica el poder absoluto del gobernante o monarca. Todo está sujeto a un orden inexorable. Los delitos se castigan con la esclavitud, no con la pena de muerte, y el ocio y el vicio se previenen mediante un trabajo y una cultura dirigidos. No hay penosas diferencias sociales, pero la libertad se halla constantemente vigilada para que nadie sobrepase los límites de la "corrección moral". Nuestros modernos Estados heredaron muchos de los postulados utópicos de Tomás Moro, y su enorme influencia se rastrea en los hospitales para pobres creados en Europa, las reservas para indios en América o en el pensamiento de los socialistas utópicos y del marxismo.

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FRANCIS BACON


Bacon agrupó estas influencias en las cuatro clases de ídolos: ídolos de la tribu (errores e ilusiones naturales para el ser humano); ídolos del cuarto de trabajo (énfasis exagerado en las propias experiencias); ídolos del mercado (asumir que distintas personas usan las mismas palabras para describir las mismas cosas); e ídolos del teatro (ideas que desorientan presentadas por los sistemas filosóficos). En cuanto se tuviera la hipótesis, se debería contrastar con los datos existentes. Silos datos no permitieron encontrar pruebas determinantes, podrían obtenerse realizando un «experimento crucial». Esto permitiría comprobar directamente las implicaciones de las hipótesis competidoras, lo que indicaría cuál es correcta.

Muchos aspectos de esta metodología encajan perfectamente con la estructura de las ciencias biológica y fisica, que luego hicieron uso de ella. En concreto, la idea de manipular la naturaleza para producir pruebas que no podrían obtenerse por simple observación es crucial para el método científico. Otros de los elementos propuestos por Bacon parecen hoy bastante inocentes, en particular la idea de que es posible formular un con junto de hipótesis suficientemente rico para cubrir todas las posibles leyes reales, y bastante simple para descubrir la verdad por una sencilla eliminación le las hipótesis propuestas que no enajen con los datos.

Los científicos deben de ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan
probar por la observación y la experiencia sensible (empirismo).

La más sabia de las sugerencias de Bacon acaso sea la de que, para entender la naturaleza, es preciso coordinar el trabajo de muchos investigadores, algunos de los cuales reunirán información y otros se dedicarán a sistematizarla. Bacon se daba cuenta de que éste era un empeño costoso, por lo que trató de interesar a las autoridades de su época para que sufragasen los gastos de lo que hoy se denominan asociaciones científicas e institutos de investigación. Al fracasar trató de financiarlos él mismo. Cuando murió en 1626, Bacon había caído en desgracia por aceptar un soborno en su cargo de juez; desde el principio de la historia de la ciencia, la necesidad de apoyo económico llevó a quienes la practicaban a adoptar medidas desesperadas.


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HUGO GROCIO


es el gran defensor del Estado absoluto. Inaugura una nueva corriente sobre el Derecho natural, el iusnaturalismo inmanentista. Para él el hombre es social por naturaleza, por lo que las normas de convivencia que hay en la sociedad son naturales, e inherentes al ser humano, y constituyen objeto de derecho positivo. Estas normas, por el hecho de ser naturales, ni se pueden cambiar, ni se pueden discutir. Propone el pasaje de un derecho metafisico, a uno racional en "de iuris belli ac pacis".

Como el hombre es social, Grocio sostiene que deben existir valores minimos e indiscutibles, no por mera convención. La sociedad debe buscar esos principios inmutables para mantener el orden. Dichos principios basados en la naturaleza racional y social del hombre, son instaurados por Dios, y ni éste podria cambiarlos. De estos primeros principios se pueden ir deduciendo los demas matematicamente. Segun si una ley se deduce de estos principios abstractos, podemos saber si es justa o no.

La sociedad es para el la asociacion perfecta de hombres libres para proteger sus derechos y por común utilidad.

El Derecho natural y las normas legales del Estado necesitan de un soberano fuerte que garantice la expansión comercial, el orden y la paz. Se le considera como uno de los fundadores del Derecho internacional, junto con Francisco de Vitoria. Hugo Grocio escribe El estado natural.

En la monarquía absoluta el rey está sujeto a sus propias leyes; ya que es monarca por derecho divino sus leyes son justas, y todos, incluso él, deben obedecerlas. Pero también hay un Derecho natural que no se puede saltar. La autoridad del rey, en muchos casos, está limitada por las Cortes que tienen que votar los impuestos; con lo que el rey depende de ellas para conseguir recursos. Un caso particular es el de Inglaterra, que a pesar del absolutismo de los Tudor, y de ser el rey quien dicta las leyes, estas sólo entran en vigor cuando las vota elParlamento.

En el siglo XVI política y religión están íntimamente ligadas, no sólo porque esté en disputa la soberanía del papa y la del rey o el emperador, sino porque el rey decide cuál es la religión de sus súbditos. Las distintas formas de concebir la religión implican diferentes concepciones del poder.

En su obra "Sobre la guerra y la paz" deja de lado el concepto de guerra justa e introduce uno nuevo, el no discriminatorio de guerras "con independencia de justicia de la causa". Sostiene que en el derecho internacional no existen buenos y malos, son todos iguales. De ahi el "iustus hostis" que considera que el rival es tan justo como yo ya que tiene los mismos derechos. Desarrolla el "Ius in bello", o derecho en la guerra, que establece ciertas reglas que parten del concepto de humanidad.

NICOLAS MAQUIAVELO



Aunque Maquiavelo nunca lo dijo, se le atribuye la frase "el fin justifica los medios", ya que resume muchas de sus ideas. Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la reestructuración social. Tradicionalmente, se ha encontrado una aporía en el pensamiento maquiaveliano como consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales, los Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe.

En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de la república, partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que quieren gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo laRepública Romana), aquella que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político dentro de la esfera pública. Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen por lo que son inestables.

Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los Discursos y El príncipe considerando que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente desnudaba a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder. Sin embargo, la oposición a la república que podría inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo II de Médici como debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y sacarla de la crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en una república bien organizada.

Además de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. En este sentido, la contradicción entre los dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el principado y la república deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.

Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota; debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole liberio al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.

Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: “todos estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en parte a inferirlo de las palabras y los actos que cumplen, y en parte a imaginarlo” (carta a Francesco Vettori, julio de 1513). En todo caso, distintos textos del pensador arrojan luces y sombras sobre la coherencia interna de su obra. Así, el florentino llega a afirmar no sin ironía que "desde hace un tiempo a esta parte, yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla” (carta a Francesco Guicciardini, mayo de 1521).

THOMAS HOBBES



Se ha sostenido por un sector de la teoría política que en el pensamiento de tomas Hobbes, existen algunos pensadores que actúan como predecesores de su pensamiento; tales como Bodino y en especial de
Maquiavelo. De Bodino recogió estrictamente, el concepto de carácter absoluto de la Soberanía, la concepción de que ningún otro poder la supera; de Maquiavelo recoge algunos conceptos básicos tales como el de autoridad, superioridad eindependencia estatal, por encima del individuo.

Concepción de la Seguridad de Thomas Hobbes. Básicamente se puede conceptualizar que toda la concepción política de T. Hobbes esta rodeada por la SEGURIDAD. De tal forma que su pensamiento puede explicarse a partir de la seguridad para todos los individuos, desde el momento mismo del origen del individuo o estado de naturaleza. Igualmente para construir su teoría Hobbes "construye" un ente artificial o ficticio y le dota de todo lo necesario para darle forma a su creación política.

No debe perderse de vista que el momento histórico en que le toco vivir a nuestro pensador: era el momento histórico en el que existía un gran enfrentamiento entre distintos sectores sociales y quien detentaba históricamente el poder: la iglesia. El enfrentamiento radicaba en que amplios sectores reales habían decidido agotar la obediencia hacia la iglesia y hacen nacer una nueva forma de auto gobierno, separando la iglesia de toda forma de gobierno civil.

Thomas Hobbes inicia su teoría a partir de dicha separación, parte del individuo separado de lo religioso y lo considera un ser dotado de individualidad, autonomía o un ser rodeado de egoísmos propios. La base conceptual de esta separación es la razón. Recuérdese que estamos frente a un hombre nuevo, que sustenta sus decisiones en la voluntad y el libre albedrío y se materializan con la manifestación de la voluntad que cada individuo plasma durante y en sus actos.

El fundamento de este nuevo individuo es también la cabal separación de él, de lo teológico y en el entendido que la sociedad no va a seguir dependiendo de los designios divinos para los asuntos seculares. Esta definido completamente la separación del hombre y de Dios de los temas terrenales.